ALEJANDRA & CARLOS
En Manual de Antonieta hemos sido muy afortunados de tener clientes increíbles, pero Alejandra y Carlos, fueron absolutamente fuera de serie. Ellos llegaron recomendados por otros de nuestros clientes preferidos Catalina y Diego.
Alejandra es arquitecta y ha hecho que Carlos también se enamore de esta profesión, por lo que el brief estaba orientado a que querían composiciones con líneas, que estuviera presente Paris, que fue el lugar donde se comprometieron, todo se debía ver clásico pero sofisticado, así como lo es Alejandra.
La planeación inicio con los novios en Bogotá, pero después por cambio de lugar de residencia de ellos debimos trabajar a distancia y todo fluyo sin ningún inconveniente.
Nuestro equipo creativo diseño y producimos unas invitaciones lindísimas, elegantes, muy sobrias, con estampación en dorado y un hilo que le deba el sello de delicadeza.
El Club El Rancho fue nuestra locación. La iglesia con un techo de pájaros hechos uno a uno por Alejandra fue el escenario donde dieron el si, donde los votos de cada uno sacaron lagrimas a todos los invitados incluidos nosotros. El amor se sentía en cada mirada de ellos, en cada palabra.
Para el coctel ofrecieron un trago representativo de Pasto, haciendo honor a su ciudad natal. El seating chart en unas estructuras doradas con follajes de fondo y luces, fue el espacio donde no solo los invitados buscaron su mesa si no que lo convirtieron en un backing para tomarse fotos. Mientras tanto Alejandra y Carlos, en compañía de fotógrafo, recorrían el campo de golf del club para dejar las mejores imágenes memorables del día.
El salón de la recepción era una combinación de un estilo glamuroso, geométrico y amor puro de por medio. Candelabros dorados en forma de triangulo, acompañados de cajitas de vidrio con borde dorado, y unos arreglos verdes con blanco de flores románticas como lo son los ranúnculos. Un portavasos, fabricado en acrílico y el mapa de Paris impreso en este, fue el recordatorio para cada uno de los invitados.
Variedad de postres tuvimos en la mesa, ya que tanto Alejandra como Carlos se derriten por ellos.
Es inevitable escuchar la canción de Carlos Vives: Luna Nueva y no recordar este primer baile, donde el amor estaba en el aire y una explosión de papeles en medio de su beso los acompaño.
Transcurría la fiesta, repente entraron Alejandra y Carlos al ritmo de la Guaneña. Cada uno lucía un tocado que trabajamos en conjunto con los artesanos de Pasto. Lo que queríamos era traer un poquito de su Pasto a la fiesta con el Festival de Blancos y Negros, nunca he ido a este festival, pero aquí entendimos el amor y respeto que se le tiene a este festival patrimonio de la humanidad. Todos se pararon, no importó la edad. Se pusieron los tocados con pompones de lana que igual hicimos con los artesanos, las mascaras, no paraban, fue impresionante sentir tanta felicidad junta.
Fue una celebración increíble donde el protagonista sin duda fue el amor.