NATALIA & JUAN GUILLERMO
Esta es una pareja que ante todo lo que querían era celebrar su unión y compartirlo con sus amigos y familiares. El tiempo de producción fue poco pero suficiente para lograrlo.
Lo más importante era que todos sus invitados pasarán increíble de principio a fin. Ellos querían una celebración con poco protocolo, relajada y muchos momentos que los identificaran.
Gabriela, la hija de Juan Guillermo, debía ser importante en la celebración, pues ella también era protagonista en este evento y debíamos mostrarlo de alguna forma.
La locación, El Pórtico, un lugar que iba en línea con lo que querían.
El estilo que seleccionamos lo podríamos clasificar como rustic glam, donde aprovechamos el encanto rústico de El Pórtico y lo mezclamos con detalles dorados como los cubiertos, candelabros dorados con velas largas, entre otros.
Empezamos con el diseño y desarrollo de las invitaciones. Buscamos que fueran elegantes pero no acartonadas.
A Gabriela le encantan los muñecos, entonces nos pusimos en la búsqueda de un coche antiguo, de mimbre. En el ensayo para la entrada a la iglesia que tuvimos con los novios y papás, solo le dijimos a Gabriela: tú vas a llevar un coche hermoso, y ahí tendrás algo que deberás entregar a Natalia, fue la más juiciosa en el ensayo.
Y así fue, en el coche de Gabriela pusimos el ramo que ella entregó a Natalia quien, por su lado, le entregó dos muñequitas vestidas como ellas dos, unidas por un corazón como el símbolo de su amistad que se establecía para siempre. Aún recordamos el suspiro que dio toda la iglesia con este momento tan tierno y significativo.
Para la salida de la iglesia, tuvimos una camioneta Ford Roja, recordando la camioneta que en su momento tuvo el papá de Natalia. Esto era como símbolo de agradecimiento de ella hacia su padre por toda su vida.
En medio del coctel, donde habían crispetas (una solicitud muy especial de Gabriela cuando iniciamos a planear este gran día) agua saborizadas, tinto de verano, llegaron Natalia y Juan pitando en la camioneta, lo que no sabían los invitados y logramos sorprenderlos con que en el platón estaba lleno de tinajas de cervezas para brindar.
El salón con luces, con los arreglos a lo largo de la mesa en una mezcla de flores colores pastel y verdes, muchos postres ya que es una de las debilidades de los papás de Natalia como los de Juan Guillermo.
El espacio de Gabriela, para que ella disfrutará su fiesta, también fue planeado, estuvo feliz con sus primos pintando, jugando y comiendo en un lugar solo para ellos.
La fiesta fue increíble, era emocionante ver armar grupos y bailar entre ellos. No fue una hora adicional de fiesta, si no varias. Para la hora loca, Natalia y Juan Guillermo sorprendieron a los invitados saliendo de un balcón con unas pelucas como de súper sayayines mientras caían del techo mini paracaídas con pulseras fluorescentes, era una pelea idílica y con un toque de fantasía de Goku y Son Gojan. Estaban tan metidos en su papel que en un momento Natalia dio una patada en cámara lenta a Juan Guillermo y los invitados lo recibieron en sus brazos, como a una gran estrella.
Habían pelucas de trolls con sus pelos muy parados, otras con pelos largos de colores, pulseras, gafas y coronas fluorescentes, todos se peleaban por tener estos elementos mientras bailan sin parar.
El aguardiente no podía faltar, por eso tuvimos botellas con un empaque y frase especial que podría identificar la noche.