JIMENA & DANIEL
Una pareja divertida que buscaban ante todo pasarla increíble en su día, que fuera la mejor fiesta para ellos y para sus amigos, el protocolo no estaba invitado.
Jimena una comunicadora social con un gusto impecable, Daniel un diseñador con un sentido del humor bien particular que me encanta.
Este matrimonio fue colaborativo, los tres teníamos un tablero en pinterest en el que Jimena inicio subiendo las referencias que le gustaban para que estas fueran nuestra inspiración, Daniel en este punto poco intervenía, daba sus comentarios en la medida justa para que nosotras continuáramos soñando. Él, por su parte, se dedicó a buscar las bandas que quiera tener y todo lo relacionado con la parte de entretenimiento por así decirlo.
El montaje inicio el día anterior, llego el menaje, mesas, sillas y empezaron a armar la carpa. Fue emocionante ver como subían los techos mientras se iba dando forma a lo que con tanto amor planeamos.
La ceremonia se llevó a cabo en la Parroquia de la inmaculada concepción en Bogotá, unas guirnaldas de verdes adornaban las bancas exaltando la naturalidad con la que transcurría la celebración. A la salida celebraron con una lluvia de hojas verdes que los invitados lanzaban a los novios en medio de felicidad y tanto de diversión.
El lugar de la recepción fue la casa de campo del hermano de Jimena. Un lugar en medio de la naturaleza, las mesas con extensiones de ramas verdes a lo largo en medio de vasitos vela mercury aportando un toque de elegancia, los identificadores de mesa una tarjeta diseñada por Daniel fue el complemento para tener ese estilo sencillo y natural que quería Jimena.
Los invitados llegaban y la lluvia con ellos, inicio el frio pero no fue problema para que todos continuaran celebrando este amor mientras sonaba una lista de música que Daniel armó con mucho cuidado gracias a su buen gusto musical. Cada invitado buscaba su número de mesa en unos jardines que hicimos en cajas de madera con flores naturales.
La comida estuvo a cargo de un amigo de Jimena que ofreció unas tostadas con germinados que obligaba darle un mordisco inmediatamente. Los postres los vigilaban unos perritos en cerámica con sus patas doradas que sostenía la tarjeta que identificaba cada sabor.
De repente Daniel se apodera del micrófono, da unas palabras de agradecimiento con ese estilo fresco que lo caracteriza, termina y juegos pirotécnicos dan color al cielo mientras suena Non, je ne regrette rien de Edith Piaf. Este fue como su primer baile, era muy emotivo ver a todas las parejas abrazarse, toda la familia de Jimena unidos en un gran abrazo que hacia se cortara el frio que en ese momento se sentía, un momento más que emocionante muy romántico.
Una banda de corridos norteños inicia la fiesta. Todos, absolutamente todos cantaban, bailaban, se dedicaban canciones, los meseros cantaban mientras hacían su trabajo. Era una fiesta para todos.
Consulado Popular, este grupo fue el encargado de continuar después de que la banda se despidió lanzando besos a todos. Inicio la hora del vallenato pero del bueno, de ese que llega al alma, empezaron con el festival en Guararé, y continuaron con otros clásicos de este tipo. Aun recuerdo con mucha emoción esta celebración donde la felicidad combinada con gran dosis de frescura y la cantidad justa de romance iniciaron de esta una de las mejores fiestas.
Poco tiempo tuvo el dj, pero si el suficiente para que todos los invitados se despidieran bailando y diciendo que buena fiesta, literalmente nos toco despedirlos porque no se querían ir.
Querían una boda fresca y poco convencional, y lo logramos, hoy unos años después continuamos recordando esta celebración que sin duda llevaba el sello de Daniel y Jimena, lo que nos encanta hacer: celebraciones que identifiquen a sus anfitriones.