NATALIA & JAIME

Una pareja muy especial, empezando por quien primero nos contactó para que les ayudáramos con su matrimonio: Jaime, al que solo me puedo referir como Jaimito, un ser trabajador y enamorado ínfimamente de Natalia. Natalia también muy trabajadora, organizada y amorosa, no se cual de los dos trabaja más, y esa era una de las razones más poderosas por las que estaban buscando a alguien que les ayudará a organizar, preparar y asegurar que todo saliera bien mientras ellos cumplían con su gran cantidad de viajes de trabajo.

Hay dos cosas que aman los dos: viajar y comer delicioso, por eso el concepto fue orientado hacia los viajes: ¡Adventure of a lifetime! y el lugar que se seleccionó para hacer realidad toda la inspiración fue Juana La Loca, un restaurante catalogado como elegante y divertido, donde se disfrutan platos elaborados con sabores del mediterráneo.

La ceremonia civil se realizo en la terraza del hotel Estelar 93, un espacio que quedaba a unas pocas cuadras del restaurante. Un día como de verano, inusual para Bogotá, con un cielo absolutamente despejado y una brisa  corriendo que lo hacia fresco.

Un arco con cintas y flores fue el escenario donde se juraron amor eterno mientras hacían el ritual de la arena.

Ya en la recepción, iniciaron con un buen trago en la barra imponente con la que cuenta Juana La loca  mientras buscaban su próximo destino en el seating chart que construimos con pasaportes diseñados con el logo de ellos, el menú que podían ir revisando y saboreando mientras se sentaban a la mesa y solicitaban el plato que más les gustara.

La paleta de color era un complemento perfecto para la arquitectura del lugar, las mesas con cilindros y orquídeas robustas  y hermosas flotando en medio de velas. Cada invitado tenia un avión sobre su puesto que personalizamos y en el que Natalia Y Jaime escribieron a mano cada uno de los mensajes.

Inició el festín de buena comida mientras tocaba un grupo francés que logro cautivar a los invitados. La cantante se paseaba en medio de las mesas e invitaba  a los asistentes a dar palmadas, algunos no aguantaron, se pararon y bailaron.

El espacio de sobres, un mapamundi que buscamos incasablemente hasta encontrarlo,  y un Atlas con  lomo de cuero donde cada invitado les escribía un mensaje y pegaba la foto que se tomaba con la polaroid, eran el complemento perfecto para lograr de esta boda el inicio de un gran viaje.

Una torta de zanahoria de la pastelería favorita de los dos, y algunos postres fueron los encargados de darle esa pizca de dulce suficiente para que todos se chuparan los dedos.

La fiesta inició, y la barra de cocteles se abrió, una piñata cargada de gorras con textos significativos para ellos y elementos fluorescentes fue la encargada de continuar con la hora loca que acompaño un grupo de champeta a los que a todos enloqueció.

Una boda con una mezcla de buen gusto, elegancia pero al mismo tiempo fresca y relajada, tan única como lo es la historia de los dos.

 

Locación ceremonia: Terraza hotel Estelar 93

Locación recepción: Restaurante Juana La Loca

Planeación y Decoración: Manual de Antonieta

Fotografía: @rafaelmelophotography

Fernanda nova