LAURA & MICHAEL
Cuando pensamos en Laura y Michael, muchos recuerdos vienen a nuestra mente. Nos tomamos unos diez meses o más preparando todo, metiendo el corazón en cada detalle para lograr hacer del día de ellos una gran sinfonía.
Laura Colombiana y Michael Estadounidense. Todo el proceso fue a distancia pues los dos vivían en San Francisco, California.
Empezamos ayudando con el styling para el matrimonio en California, dimos todas las guías, enviamos elementos como las servilletas bordadas con el logo de ellos, pocillos de café de Colombia, y estuvimos en todo el proceso para lograr que ese día fuera tan lindo como Laura y su familia lo habían soñado.
Después iniciamos a trabajar para el matrimonio en Colombia. La locación una de las haciendas más hermosas que tiene Bogotá: Hacienda Pozo Chico.
Las invitaciones estuvieron a cargo de DateDesign, la marcación la hizo @chuchucaligrafía. Estas fueron marcadas de forma impecable con tinta color oro rosa. Con este primer acercamiento, los invitados iniciaron los comentarios bonitos y se anunciaba, con su estilo, que la fiesta sería un derroche de glamour.
Queríamos marcar la diferencia frente a las celebraciones de Pozo Chico, por eso fuimos súper cuidadosas en cada detalle, para lograrlo trabajamos de la mano con el equipo de la hacienda, dando las guías y trabajando bajo el styling que habíamos moldeado entre Laura y nosotras.
Pocos novios hacen el First Look, pero ellos se atrevieron, ahí empezó a llenarse el lugar de amor, de latidos fuertes y profundos, fue un momento maravilloso y demasiado especial, ver como él la miraba derretido de amor, y ella a su vez maravillada y mucho más que enamorada.
A la entrada de la hacienda, la bandera de Colombia, USA y en medio una bandera blanca que se ondeaba con gran ritmo. Era la bandera de Laura y Michael, hecha con el logo de los dos. Más adelante los esperaba una estación de bebidas frías y calientes así como galleticas de diferentes sabores.
Una entrada como de un cielito con flores, así se veía la iglesia con citas y encajes a los que les colgaban rosas blancas en sus puntas. El protocolo de cuales iban hacer las lecturas, y quien las haría, lo imprimimos en sobres de pergamino a los que les metimos corazones dorados para celebrar con los novios al final.
Un coro de ángeles acompañaba la marcha al altar de Michael y su mamá, seguido de la gran corte de papás, hermanos, padrinos y damas de honor que darían la entrada a Laura y su papá.
Toda la iglesia alerta a la entrada de la linda novia, quien, con una sonrisa, llegó en una carroza arrastrada por un caballo percherón.
Los votos sacaron lágrimas y más cuando Michael leyó sus votos en español. Vale la pena aclarar que él no habla español pero el amor lo puede todo y practicó para lograrlo y así poder contar a todos los asistentes lo que sentía y a lo que se estaba comprometiendo con Laura. Lluvia de pétalos y corazones dorados para celebrar este amor.
Un trago que representaba a Laura a base de ginebra, otro a Michael con whisky y no podía faltar el trago de Walter su perro que fue un coctel a base de frutas. Estas fueron las bebidas que se ofrecieron en el coctel, cada uno con un mezclador que hicimos con el logo de los novios. Un grupo de jazz acompañaba el momento, y aquí continuarían las sorpresas de esas que nos encantan en Manual de Antonieta, pues son recargadas de significado, Michael se sienta al piano y empieza a tocar una canción a Laura, esto fue sorpresa absoluta para ella , los invitados conmovidos y emocionados, y en el lugar ya no cabe más amor; esto lo logramos gracias a que nos enteramos en una reunión que el tocaba el piano y así fue como se conocieron, entonces propusimos a los papás de Laura, que le insinuarán a Michael que sorprendiera a Laura ese día y el acepto sin pensarlo.
Juegos pirotécnicos para dar cierre al coctel.
Se inicia la entrada al salón y nuevamente inician las sorpresas. Un ambiente romántico y una dosis elevada de elegancia dominan el lugar, arreglos altos en bases doradas y caminos a lo largo de las mesas simulando jardines, con velas largas y candelabros triangulares con velones, un identificador de mesa en acrílico para que se mimetizará con la flores y fuera parte de este jardín. Y el detalle más hermoso y que dio mucho de qué hablar, un macarrón absolutamente delicioso de @Eclatpasteleria marcado uno a uno por la talentosa @sabrinaparadacaligrafia con el nombre de cada invitado, un matrimonio digno de María Antonieta de Austria y por supuesto de Laura quien es adicta a los macarrones.
En el brindis unas palabras hermosas de Cristina, la hermana de Laura, después del papá con otras que sacan lágrimas y continuó Laura, quien nos sorprendió con unas palabras de agradecimiento, ahí en ese momento mi corazón exploto de felicidad y mis ojos llorosos que no eran fáciles de disimular agradecían a la vida por estar trabajando en lo que me hace feliz.
La mesa de postres, con diferentes variedades y dos por los que Laura y Michael mueren: donuts y ganache de chocolate.
Inicia la fiesta con el baile de los novios: stand by me, momento romántico que dio la apertura a la gran fiesta que se dio esa noche. Para la hora loca, pensando en todo el público Colombianos y extranjeros, trajimos un festival de Mardi Gras. Laura con un tocado de plumas blancas y Michael con un sombrero gigante para hacer la diferencia, entraron al ritmo de un jazz con mucho movimiento interpretado por Jamaruk quien acompaño por más de 40 minutos, a todos los invitados. Entregamos tocados con los colores representativos del festival, collares, gafas, bailaron hasta quedar descalzos y ahí entramos con alpargatas para que las mujeres no pararan de bailar.
Muchos momentos para amar en esta celebración, fue un día en que los novios y sus familias experimentaron más de un momento maravilloso. Gracias infinitas, creo que jamás me cansaré de agradecer a esta pareja y a sus familias por permitirnos ser parte de este día, por escogernos, por hacer que lloráramos de felicidad tantos momentos en una misma noche. Gracias.
