ELOISA & PAULA
Eloisa y Paola, una pareja muy especial, una pareja que nos puso a correr, pero lo hicimos con todo el gusto y la fortuna que nos dieron al ser las elegidas por ellas para su celebración.
Su matrimonio fue un reflejo del amor por su familia y amigos fueron el pilar de la celebración y lo certificó la forma como los honraron e incorporaron en cada momento.
Los planes iniciales era realizar la ceremonia al aire libre, donde el altar estaría albergado bajo unos árboles del jardín para hacer de este momento algo muy natural como lo es su amor, desafortunadamente el clima no nos lo permitió. El cielo amenazaba con un aguacero y todos estábamos listos con velas y chuchillos para enterrar, esperamos hasta el último minuto, pero fue imposible detener las gotas que caían con fuerza.
Todos corrimos con sillas y con los arreglos que formaban el camino al altar para ubicarlos en un salón.
Ya ubicados los invitados en el salón trajimos a las protagonistas de la historia para que se encontraran y vieran por primera vez. Absolutamente divinas con sus vestidos y sus ramos, el momento fue mágico, el tiempo realmente se detuvo mientras todos miraban como el amor se hacía evidente en el espacio.
La ceremonia la ofició la tía de Paula, un ser muy importante en su vida y en la de Eloisa. Se tejió un cordón como símbolo de la unión de sus vidas. Una ceremonia realmente sentida, llena de palabras absolutamente potentes, dignas de suspiros y lagrimas.
Sucedieron cosas únicas que originaron un poco de estrés pues la familia se dejó llevar por la emoción y sacaron unos party poppers los cuales no solo causaron susto por el ruido si no porque Eliosa y Paula quedaron llenas de papelitos diminutos que no logramos sacar de su pelo. Al final nada de esto no fue impedimento para continuar celebrando felices en este día.
Un bar de tintos de verano donde cada invitado podía elegir la clase de vino que quería y los toppings con lo que los quería mezclar fue el cómplice para ayudar a que los asistentes lograran ubicar su mesa, porque en cada copa estaba su nombre y mesa correspondiente.
En el coctel, un grupo de gypsy jazz fue el encargado de acompañar el momento y aunque las gotas continuaban de forma sutil, esto no fue un impedimento para que todos bailaran bajo la lluvia.
En el salón, las mesas decoradas con un arreglo orgánico de alelís, rosas de jardín, perla de novia, fresias en una base gris, y otras flores puestas delicadamente en puntilleros en medio de uvas. Estos detalles fueron los encargados de dar ese toque de belleza simple como parte del brunch que se ofrecía a los invitados . Sobre cada puesto una tarjeta con el menú para seleccionar lo que quisiera según sus gustos, un lápiz y una suculenta pequeña para complementar el styling de la mesa. Los complementos como quesos, jamones y frutas fueron puestos en un buffete mientras que los panes colgaban de canastas simulando una panadería.
Para el brindis con mimosa, las mamás fueron las encargadas de dar sus palabras y es así como continuábamos con la sinfonía poética de esta unión. Se respiraba el amor en grandes dosis y este sentimiento se extendía a todos los invitados.
La celebración finalizo con juegos en el prado, música y un concurso de limbo para rifar el ramo. Una mañana absolutamente divertida, llena de increíbles momentos donde no hizo falta ni sobro nada, hasta la lluvia hizo que todo fuera mágico.